Mira,
A ver si te suena…
Cuando le dices a una amiga que vas al dietista, ésta te suelta «¡Ah!, ¿qué estás a dieta?»
pero cuando le dices que vas a la peluquería, entonces te pregunta «¡Ah! ¿si?… ¿qué te vas a hacer?
Claro, lógico y normal, a la pelu vas acortarte el pelo, hacerte mechas, ponerte el tinte, hacerte la permanente, ponerte extensiones, arreglar las puntas, lavar y peinar, hacerte un moño para una celebración especial y si tiene servicio de estética, añade depilarte el bigote, las piernas o a hacerte la manicura… y encima, de charreta. No importa que tarde hora y media o dos, o tres. Te vas a poner guapa y el tiempo que inviertas está bien.
Es decir, que el dietista es el que te pone a dieta y out!, mientras que la peluquera, bueno, la peluquera te oferta una lista de servicios inmensa.
En contra de lo que puedas pensar, tu dietista también te ofrece opciones:
- Vale, te ayuda en tu proceso de pérdida de peso y lo que viene después
- te enseña a comer o lo que es lo mismo, a combinar los alimentos
- te ayuda a corregir hábitos alimenticios
- Te ayuda a adaptar tu alimentación cuando tienes azúcar, colesterol y/o hipertensión
- Te orienta a la hora de cuidar la alimentación de tus hijos y mayores
- Te da pauta dietéticas específicas según patología o etapa de la vida.
- Le puedes consultar como cuando vas a la asesoría a preguntar cosas de laboral y fiscal
y más cosas, pero a lo que más te ayuda, secundariamente, es a cuidarte, conocerte y quererte porque si además es coach, te acompaña a superar el sentir que estás a dieta perpetúa o dejar de sufrir frente al espejo, por ponerte un par de ejemplos.
Por eso, ANTES DE CUALQUIER INTERVENCIóN, mientras llega el resultado de tu analítica (para saber cómo tu cuerpo está) prefiero trabajar en tu gestión emocional y en cúanto de bien te llevas contigo misma, así conoces tu comportamiento alimentario y puedes establecer perfectamente los cambios de hábitos que necesitas hacer.
Pero eso no lo puedes hacer «apreseta».
Una consulta de 15-20 minutos sólo va a dar para: Saludar, pasar y sentarte (¡Hola! qué tal? bla, bla, blá) pesarte, comentar qué tal te fue la semana pasada, qué dieta es la que toca hacer esta semana, alguna que otra recomendación para hacerlo mucho mejor si has pecado y picado algo o si has pasado tres pueblos de ir al ginmasio, pagas y ale! se acabó. ¡Hasta la semana que viene!.
Estresa hasta comentarlo…
Ir a la pelu es más que arreglarte el pelo, es un cambio de emociones y pensamientos, es sentirte bien contigo misma, entras como gallina y sales como pavito real, hasta que toque volver a la peluquería.
Con el dietista puede ser igual si contratas a un Dietista-Coach Nutricional. Una hora de tiempo para ti a la semana, o cada 15 días para sentirte bien contigo misma la mayor parte de los días para siempre.
Recuerda que…
Tu Pepito Grillo y tu Avatar Emocional te van a compañar toda la vida, vayas al dietista o a la peluquería.
Tú decides,
¿Dietética tradicional o la dietética de hoy en día?
Nos leemos pronto,
Carmen